Y el todopoderoso Barça no pasó del empate a dos en Valencia.
No fue el mejor partido del conjunto y en tres minutos de despiste el Valencia marcó dos goles. Pero es difícil hacer lecturas negativas del encuentro.
Primero, un Barça que no hace su mejor juego y que se despista recibiendo dos goles no pierde ante un buen equipo. Segundo, la capacidad competitiva que tiene este equipo (que se lo digan a Juande) que consigue remontar un difícil partido. Tercero, el equipo recibe un pequeño correctivo, no se puede dormir (tesis Guardiola, que a veces nos parece a todos difícil de creer). Cuarto, los jugadores, como por ejemplo Hery, tienen la suficiente calidad individual como para sacar adelante partidos en que la colectiva está un poco deslucida. Quinto, hemos aprendido todo esto con un empate y el equipo no se ha resentido en absoluto en su candidatura al título, matemáticamente es el único que depende de si mismo.
Y es que el madridismo ya hace cuentas, como en su día Boluda. Se ven a un punto del Barça, cuentan con ganar en el Bernabeu. Y yo digo: “¿y qué?” El Barça puede ir y perder contra el Madrid y seguiría primero en solitario. Evidentemente que no está la Liga decidida, pero el Madrid no puede limitarse a confiar en ellos mismo, y este equipo tiene muchas ganas de ganar el campeonato. De hecho, lo más lamentable fue en la portería, pues Valdés se quedó lejos de la mejor maraca azulgrana de imbatibilidad, aunque la segunda mejor marca no es nada despreciable.
Ahora toca olvidarse de la liga y del partido de ayer, ahora sólo hay que pensar en Chelsea.
